A ver si adivino:
Estás aquí porque sabes que el calcio es importante.
Y quizá te estás preguntando por qué es realmente tan importante…
Pues bien, déjame decirte que sí, el calcio es tan crucial para la vida vegetal como lo es para la humana.
Así que en esta guía de Gracias Naturaleza te cuento las funciones del calcio, cómo reconocer los desequilibrios de este nutriente en tu jardín o huerto, y cómo solucionarlos.
¡Vamos a ello!
¿Por qué importa el calcio en las plantas?
Seguramente ya has escuchado hablar sobre los macronutrientes primarios de las plantas, como el nitrógeno, el fósforo y el potasio.
Pues bien, también existen macronutrientes secundarios, como el magnesio, el azufre y el calcio.
¡Pero hey! No te equivoques.
Que sean el grupo secundario, no significa que sean menos importantes que los primarios. Es solo que las plantas los absorben en menor cantidad.
El calcio es un nutriente vital para el desarrollo de las plantas, dado que interviene en la absorción de nutrientes a través del agua, y en el crecimiento de las raíces. De esta manera, el calcio influye de manera directa en la calidad de tus cultivos.
Dicho esto:
¿Sabes cuáles son las funciones del calcio para las plantas?
A continuación te lo cuento.
Las 7 funciones del calcio en la vida vegetal
Algunos de los procesos más importantes en los que el calcio interviene son:
1. Función estuctural en la pared celular
El calcio es el encargado de que las paredes celulares de la planta permanezcan fuertes y unidas. Gracias a esto, puede controlar la permeabilidad de las membranas y proteger las células de posibles fugas de sustancias. Sin el calcio, las membranas exudarían sus compuestos, lo que resultaría en el deterioro o la muerte celular.
2. Absorción de nutrientes
Un correcto nivel de calcio hará que el agua circule mejor desde el suelo a la planta, logrando una mayor absorción de nutrientes. Asimismo, el calcio favorece el intercambio gaseoso entre el suelo y el exterior, evitando el taponamiento de los poros de la planta.
3. Crecimiento radicular
El calcio hará que los ápices radiculares crezcan apropiadamente, permitiendo así la asimilación de nutrientes, la regulación de su metabolismo y el desarrollo general de la planta. Este nutriente es tan importante para las plantas, que en tan solo unas horas sin él, sus raíces dejarían de crecer.
4. Previene el estrés hídrico y térmico
Es importante que tu planta tenga un adecuado nivel de calcio, ya que este se encargará de proporcionarle proteínas protectoras contra el choque térmico. Además, el calcio podrá combatir contra factores bióticos y abióticos que dañen a tu planta, como por ejemplo hongos, bacterias o el estrés hídrico por falta de agua. El calcio interviene en procesos metabólicos de todo tipo, y cumple un rol esencial en la biología de las plantas.
5. Aumenta la resistencia contra enfermedades
Presentar unos adecuados niveles de calcio ayuda a tus plantas a ser más resilientes contra enfermedades fúngicas. Esto sucede por ejemplo con la famosa fusariosis.
6. Eleva el pH del suelo
El calcio, además de ayudar a estructurar tus plantas y el propio sustrato, también ayuda a regular el pH del suelo, en la dirección de alcalinizarlo (es decir, subir el pH). Consecuentemente, podrás cultivar con más facilidad plantas que se beneficien de suelos neutros o alcalinos, mientras que esto sería contraproducente para las plantas acidófilas como la gardenia, a las que les gustan los suelos ácidos.
7. Influye en la calidad de los frutos
Debido a que el calcio proporciona raíces más largas, tu planta puede absorber mejor los nutrientes y, en consecuencia, la calidad de sus frutos será mejor.
De igual forma, tu planta estará mejor protegida contra enfermedades y a accidentes medioambientales.
De hecho, la deficiencia de calcio suele resultar en pudriciones apicales (en el ápice, es decir, en la punta del fruto) de los tomates y otras hortalizas, como puedes ver en esta imagen:

La insuficiencia de calcio puede ocasionar problemas en tus plantas, tales como:
- Disminución del tamaño.
- Deformación.
- Frutos rajados o aguados.
- Raíces podridas.
- Malformación en hojas.
- Depresión amarga.
- Pudrición apical.
- Necrosis.
De todos modos, aunque estos posibles problemas por falta de calcio son ciertamente temibles, también es relevante decir que no todas plantas necesitan calcio en la misma medida.
¿Qué plantas requieren calcio?
Como regla general, todas las plantas necesitan calcio. Sin embargo, algunas de las plantas que más calcio necesitarán absorber son los tomates, manzanos, berenjenas, pimientos, sandía, calabaza, calabacín, col y lechuga.
En el huerto, las plantas además suelen tener calcio a su disposición de forma natural.
Las plantas obtienen el calcio a través del suelo y del agua de riego.
También puedes mejorar la estructura de tus plantas aportándoles este mineral mediante un abonado de calcio casero con cáscaras de huevo, como este:

Pero ojo, porque la cosa se complica…
Si tus plantas presentan una deficiencia de calcio, no necesariamente significa que el suelo de tu huerto no tenga calcio disponible para ellas.
¿Por qué?
Muy sencillo:
Una deficiencia de calcio también puede deberse a que tu planta no desarrolló bien sus raíces o a que no está asimilando correctamente los nutrientes.
Esto podría deberse a un riego inadecuado o incluso al clima (por problemas en la transpiración de la planta).
Es allí donde debes intervenir para ayudar a estabilizar los niveles de calcio de tu cultivo.
Los más importante es saber DETECTAR (lo antes posible) si a tus cultivos les falta calcio. Esto es posible a través de la vigilancia en busca de la aparición de ciertos síntomas.
¿Cuáles son los síntomas de la deficiencia de calcio en las plantas?
Inicialmente, la prueba más exacta para determinar los niveles de nutrientes en tus plantas, es realizar un análisis de suelo.
Pero si no puedes hacerlo, los síntomas más frecuentes de una insuficiencia de calcio:
- Las raíces retroceden, se oscurecen y crecen lentamente. Las plantas con deficiencia de calcio tienen raíces cuyas puntas crecen de manera distorsionada (por la incapacidad de formar correctamente la pared celular).
- Las hojas más jóvenes se deforman, presentan puntas débiles, quemadas o con clorosis.
- Disminuye la cosecha y aparecen frutos con pudrición apical. El ejemplo clásico es el del tomate, pero también se ve con frecuencia en el pimiento.
- Algunos frutos como el melón pueden presentar vitrescencia, término utilizado para definir la formación de áreas acuosas en la pulpa de la fruta.
- Las plantas leguminosas sufrirán una pobre nodulación.
- En casos extremos, aparece necrosis (muerte) del tejido celular.
¿Cuál es el problema?
Que aunque con estos síntomas en efecto puedes sospechar una deficiencia de calcio, lo cierto es que no son del todo específicos.
Cuando decimos que un síntoma no es «específico», esto quiere decir que también puede aparecer en otras enfermedades, con lo que no se puede saber a ciencia cierta si el problema es por la falta de calcio o por la de otro nutriente vegetal.
Aunque el «quemado» en la punta de las hojas es una pista bastante importante de la falta de calcio:

Por ejemplo, la clorosis (que se manifiesta como amarillamiento de las hojas) también es común en la deficiencia de hierro (clorosis férrica), deficiencia de magnesio y deficiencia de nitrógeno.
No suele ser un problema porque puedes hacer hierro casero sin problemas, y no es difícil tampoco aportar magnesio a tus plantas.
Sea como sea, lo más preciso es hacer un análisis, del agua del riego y también del suelo.
O bien aportar un fertilizante o abonado que sea rico en VARIOS nutrientes, de manera balanceada (para no crear excesos de nutrientes) y no solo en uno.

Por supuesto, también puedes sospechar más o menos de esta deficiencia según el tipo de suelo con el que trabajes.
Es decir, no es lo mismo trabajar con suelos calizos, que suelen ser altos en elementos como el calcio y el magnesio, que en suelos ácidos, que suelen ser ricos en metales como el hierro.
Movimiento del calcio en la planta y transpiración
El calcio no es un elemento químico móvil a lo largo de la planta, de manera que las raíces dependen del proceso de transpiración para poder absorber calcio del suelo.
Se absorbe de manera «pasiva», sin necesidad de gastar energía.
Esto es bastante importante, porque significa que ciertas condiciones podrían inhibir la absorción de calcio, llevando a la planta a una deficiencia.
Por ejemplo, si existe un exceso de humedad, o bien temperaturas frías, la transpiración se «frena» y por tanto es más probable que tus plantas presenten deficiencia en este nutriente, INCLUSO si se encuentra en concentraciones en el suelo más que suficientes.
Esta es la razón por la que los frutos y hojas jóvenes son las partes de la planta que más rápido presentan síntomas.
Porque estas partes también son las que tienen menor capacidad de transpiración.
Ante esta situación, es necesario que proveas a tu jardín de una fuente externa de calcio.
Ahora te explico cómo hacerlo.
¿Qué fertilizante tiene calcio?
Ya que identificaste el problema, la solución más inmediata que puedes tomar es aplicar un fertilizante con calcio.
Pero cuidado:
En muchos casos aplicar calcio no es necesario, porque el agua también es una fuente de calcio. El problema es que las concentraciones de calcio varían según el agua de tu región. En general, un nivel de calcio en torno a 50 ppm implica que no suele ser necesario añadir más de este nutriente con fertilizantes químicos.
Pero si sí que tienes que recurrir a su uso, te diré que muchos de los comercializados en el mercado tienen una base de nitrato de calcio.
Este es un abono inorgánico compuesto por calcio y nitrógeno. Su característica más importante es la solubilidad que presenta, por lo que es muy común encontrarlo en el mercado en su presentación diluida.
Otros fertilizantes que puedes utilizar son:
- Cloruro de calcio.
- Acetato de calcio.
- Hidróxido de calcio.
Sin embargo, si no los puedes comprar, aquí tienes una forma de hacer calcio en casa:
¿Cómo hacer calcio casero?
¡Tan solo necesitas un ingrediente!
Cáscaras (trituradas) de huevo.
Sí, así como lo lees.
Hoy te enseñaré a preparar calcio casero en polvo:
- Lava con agua las cáscaras de huevo hasta quitar todos los restos de su interior.
- Déjalas al sol hasta que se sequen completamente.
- Luego tritúralas con un mortero hasta hacerlas polvo.
- Aplícalas directo sobre el suelo de tu planta.
- Remueve un poco la tierra para que se integre bien.
- Riégalas de inmediato para favorecer la absorción.

Recuerda no utilizarlo en exceso, ya que puedes alterar demasiado el pH de tu suelo. Es suficiente con aplicarlo una vez al año o incluso de manera semestral.
Si te pasas, podrías causar que tu suelo tenga un exceso de calcio.
Y esto tampoco es nada bueno.
De hecho, son muchísimas personas amantes de la horticultura o jardinería las que se preguntan si sus plantas sufren de exceso de calcio.
Sobre el exceso o toxicidad de calcio
La verdad es que la toxicidad por calcio es más bien rara.
Si este es tu caso, te recomiendo que apliques magnesio y/o potasio para combatir el exceso de calcio. También podría ayudar un lavado de raíces con el triple de agua de la capacidad de la maceta, así liberarás la saturación de calcio y tu planta se recuperará.
Desequilibrio entre otros minerales del suelo
Existe un equilibro entre todos los minerales del suelo, que hacen como nutrientes para las plantas. En este caso, si los niveles de sodio, magnesio o potasio en tu suelo son excesivamente elevados, estos podrían causar una deficiencia de calcio.
Realmente, esto no es nada nuevo.
De hecho, incluso puede tener fines terapéuticos.
Por ejemplo, el magnesio puede utilizarse para combatir un exceso de potasio en las plantas.
Conclusiones sobre las funciones del calcio en los cultivos
En conclusión, el calcio es uno de los nutrientes secundarios principales para el desarrollo vegetal, cuya deficiencia puede manifestarse con síntomas que afectan tanto a las hojas, como a los frutos y raíces de la planta.
Su corrección se realiza con el uso de abonados químicos comúnmente comercializados, o bien elaborando un abonado de calcio casero a partir de cáscaras de huevo.
También conviene tener en cuenta otros factores de las plantas, como el fenómeno de la transpiración que ya te he comentado.
¿Puedo hacerte una pregunta?
Ahora me gustaría a mí hacerte una pregunta a ti…
¿Te he ayudado con este artículo? Espero que sí, porque el tema de los nutrientes vegetales es sin duda importantísimo.
Como regalito de fin de artículo, aquí puedes descargar gratis mi ebook: 10 Errores a evitar en tu huerto o jardín.
Me esfuerzo mucho en hacer que estos artículos sean lo más útiles posible. Si te ha ayudado, por favor compártelo… porque así me ayudas a traer más personas a Gracias Naturaleza.
Un abrazo enorme y hasta la próxima,
-Mario Angulo

Hola, me llamo Mario y soy un entusiasta de la jardinería y horticultura. También me encantan los animales y el aire libre. Como creador de Gracias Naturaleza, te ayudo a tomarte un descanso del mundo moderno, para vivir una vida más natural y en definitiva más feliz.