¿No sabes con qué abonar?
Pues no te preocupes.
En realidad, es un tema más sencillo de lo que parece.
Personalmente, ya he escrito una guía sobre cuándo abonar, así que ya iba siendo hora de que hiciera otra sobre con qué abonar.
Déjame decirte que esta guía de Gracias Naturaleza es MUY completa y sobre todo, muy práctica.
Así que estoy seguro de que te va encantar. 🙂
Dicho esto, me dejo ya de rollos y voy directo al grano.
¿Con qué abonar la tierra de tus plantas?
Puedes abonar tus plantas o cultivos con abonos orgánicos, como compost o estiércol de animales. Otra opción es utilizar abonos químicos, que pueden contener diferentes concentraciones de nutrientes para las plantas, y presentarse en múltiples presentaciones (granulados, líquidos, polvos, etc.). Por último, puedes abonar con extractos vegetales de plantas como la consuelda rusa, las ortigas y los plátanos, entre otras.
Como sabes, las plantas necesitan diversos nutrientes para poder desarrollarse saludablemente.
De esto depende que sus frutos y flores sean abundantes y de calidad, por lo que abonar de forma correcta a tus plantas DEBE de ser una de tus prioridades.
Recuerda que los nutrientes vegetales se clasifican en:
- Macronutrientes primarios: nitrógeno, fósforo y potasio.
- Macronutrientes secundarios: calcio, azufre y magnesio.
- Micronutrientes: cloro, hierro, zinc, boro, cobre, manganeso y molibdeno.
Aquí te dejo el enlace de un artículo en el que te explico con detalle la función que cumple cada uno de ellos:
Los 13 nutrientes de las plantas.
Sea como sea, es vital que sepas que no todas las plantas son iguales, ni van a requerir el mismo tipo de abono.
Esto lo determinan varios factores, como el tipo de planta, en qué ciclo se encuentra, la disponibilidad de cada nutriente en la tierra, el clima y el pH del suelo.
En general, existen unos 5 formatos de abonos a tu disposición.
A continuación te muestro las diferencias entre cada uno de ellos.
1. Compostaje para abonar las plantas
El compost probablemente sea el formato de abono más conocido y utilizado, debido a su bajo impacto medioambiental y sus múltiples beneficios.
Es muy fácil hacerlo, incluso sin lombrices, por lo que te recomiendo que lo realices en casa (o directamente en tu huerto haciendo uso de un compostador, aunque también puedes hacer compost casero sin compostera, irónicamente).
Pero en caso de que no te sea posible, siempre puedes conseguir compost en tu tienda de jardinería de confianza.
El compost formado de material orgánico, como restos de vegetales sin preparar, frutas descompuestas, cáscaras de huevo, entre otros. También se le suele añadir materia de origen animal como el estiércol de gallina o caballo.
El compost suele aplicarse durante el último trimestre del año, antes del invierno, en la superficie de la tierra o mezclándolo un poco con el sustrato de fondo.
No obstante, la realidad es que la fecha de abonado ideal depende casi al 100% del tipo de planta.
Por ejemplo, la mayoría de los árboles frutales se abonan en primavera.
Y para ello puedes utilizar compost, tamizado o no tamizado previamente…
Para plantar árboles o arbustos, el compost se utiliza de fondo, pero ten sumo cuidado de que el abono esté totalmente descompuesto.
Por otro lado, para macetas lo puedes usar de forma superficial, aunque si notas que la tierra ha perdido textura, te recomiendo cambiarla directamente.
2. Abonos químicos granulados
Este abono se aplica en la superficie y se cubre un poco con el mismo sustrato para que pueda disolverse.
Existen dos tipos según su liberación: de acción rápida o lenta.
Los gránulos de color rojo o naranja suelen corresponderse con el potasio para las plantas, mientras que los marrones son de fósforo y los blancos son de nitrógeno.
Es importante que apliques únicamente la cantidad requerida según sus parámetros.
Por supuesto, el granulado es un típico de abono químico, y en general yo prefiero utilizar compost u otros abonos orgánicos.
Pero vamos, aún siendo químico puede ser útil si tus plantas necesitan un empujón de nutrientes muy grande. Destaca el conocido abono azul, el cual es de aplicación universal y contiene cantidades equilibradas de los nutrientes NPK.
3. Abonos líquidos
Accionan más rápido que los abonos a base de compostaje y los granulados.
Sin embargo, estos se aplican en dosis exactas y diluidos en agua de riego.
Esto se conoce como fertirrigación.
Es un tipo de abono perfecto para plantas de maceta, ya sean de interior o de exterior. Aplícalo con intervalos de 1 a 3 semanas en primavera y otoño, para así descansar en invierno y verano.
También hay algunas sustancias, como el azufre para las plantas, o incluso el sulfato de hierro, que se utilizan mediante fertirrigación y así puedes conseguir a la vez fertilizar tus plantas y disminuir el pH del suelo (porque los sulfatos acidifican).
4. Polvos solubles para abonar las plantas
Al igual que con el formato líquido, los polvos solubles deben ser disueltos en el agua de riego para poder aplicarlos.
Sin embargo, esta presentación es más potente que la líquida, por lo que es imprescindible que manejes las dosis exactas.
Debido a este último aspecto, muchos abonos de polvos solubles traen consigo una cuchara medidora, así que úsala con atención.
5. Bastones y pellets
Es el abono más fácil y cómodo de manipular, pero uno de los menos usados. Dentro de sus ventajas está su lenta liberación, lo que permite que tenga un efecto bastante duradero en el sustrato.
Se aplican clavando los bastones en la tierra a distintas distancias del tallo durante el periodo vegetativo, que es cuando la planta desarrolla su estructura y se reproduce.
También encontrarás muchas veces abonos orgánicos (como estiércol) en forma de pellets, véase:
Es un método francamente sencillo y útil para abonar tus plantas, así que yo le doy el visto bueno.
Sea como sea, si quieres aprender con qué abonar ciertas plantas más específicas, tanto de huerto o de jardín o incluso de interior, en las próximas secciones te enseño cómo hacerlo repasando algunos ejemplos populares (tomates, césped, fresas, orquídeas, limoneros y suculentas).
¿Con qué abonar los tomates?
Las tomateras son amantes del fósforo y del potasio, por lo que puedes aportarle estos nutrientes a través de un abono hecho con restos de café, humus de lombriz y gallinaza.
Para prepararlo, tan solo debes mezclar en partes iguales todos los ingredientes y aplicarlo directamente en el sustrato de la planta.
Bastará con una dosis antes de la siembra y otra cuando ya los tomates empiecen a formarse. Que no se te olvide tampoco entutorar tus tomateras como es debido.
En el caso de que quieras potenciar su efecto, te recomiendo que lo mezcles un poco con tierra abonada.
¿Con qué abonar el césped?
Lo ideal es hacerlo de forma combinada, es decir, con abonos tanto orgánicos cómo inorgánicos.
Para la materia orgánica puedes utilizar:
- Humus de lombriz o composta dos veces al año, en una medida de 30 kg por 25 m².
- Leonardita granulada cada 2 o 3 meses. Te recomiendo que sean 25 gramos por cada m².
- Biofertilizantes líquidos de forma foliar, como por ejemplo el extracto de algas marinas. Usa 5 ml por cada litro de agua.
Para el abono inorgánico asegúrate que:
- Es específico para césped.
- En formato granulado.
- De liberación lenta.
Recuerda también, que en ciertos casos, POR MUCHO QUE TE ESFUERCES, tu césped se secará y morirá. Esto puede ocurrir tanto en todo tu jardín como en pequeñas áreas (eventos más relacionados con el ataque de hongos que otra cosa).
En estos casos, tendrás que centrarte en aprender cómo resembrar césped.
¿Con qué abonar las fresas?
(Antes de nada, si te interesa de verdad esto de las fresas, no te pierdas mi guía sobre el cultivo de fresas en macetas, porque te puede ser super útil y sería una pena que no le echarás un ojo.)
Para el cuidado de las fresas se suelen utilizar abonos orgánicos de origen animal. Estos los puedes conseguir a través del estiércol de gallina, aunque algunos agricultores prefieren utilizar el de toro o de vaca siempre que estén ya bien secados.
Si lo prefieres, también puedes realizar un té con cáscaras de plátano rico en potasio, y aplicarlo en primavera durante la época de floración.
- Pica 5 cáscaras de plátano en trozos pequeños.
- Colócalos a hervir en 1 litro de agua durante 15 minutos.
- Pasa la mezcla por un colador y utiliza el resultado diluído en 2 litros de agua.
¿Con qué abonar las orquídeas?
A continuación te enseño a realizar un abono rico en hierro, magnesio y almidón para tus orquídeas:
- Añade 50 gramos de arroz a la licuadora junto con medio litro de agua y procésalo bien.
- Coloca la mezcla en un recipiente y déjalo reposar por 15 horas para que el arroz termine de liberar sus nutrientes
- Filtra la mezcla y pasa el agua resultante a un pulverizador.
- Rocía muy poquita mezcla sobre la tierra de tus orquídeas cada 3 días. Con eso bastará para aportarle todos los nutrientes que necesita.
¿Con qué abonar un limonero?
Para que tu limonero pueda producir frutos jugosos, es importante que tenga un adecuado nivel de potasio, como ocurre en tantos otros frutales cítricos (inclusive los menos conocidos como el cidro).
A mí es un árbol que me fascina, con lo que he escrito toda una guía sobre el abonado del limonero.
Pero si tuviera que darte un consejo rápido, sería considerar el uso de cenizas de madera.
- Mezcla las cenizas con un poquito de agua hasta que tenga consistencia de pasta. Déjalas reposar en el envase por un par de horas.
- Pasa la mezcla por un colador y disuelve el líquido obtenido en una proporción de 1:10 de agua de riego.
- Despeja la tierra en torno al árbol y árala para favorecer la absorción. Luego aplica tu abono de cenizas.
Ojo con no pasarte. Este tipo de abono suele usarse 1 o 2 veces al año.
¿Con qué abonar suculentas?
Para abonar las suculentas utilizaremos tan solo un ingrediente: el pepino.
- Corta alrededor de 60 gramos de pepino en rodajas.
- Coloca a hervir medio litro de agua.
- Una vez llegado a su punto de ebullición, introduce las rodajas de pepino y deja que se cocinen durante 15 minutos.
- Pasado este tiempo, apaga el fuego y deja que la mezcla se enfríe.
- Pásalo por un colador y disuelve la mezcla resultante a partes iguales en agua de riego.
- Aplica el resultado una vez cada dos semanas sobre tus suculentas. Puedes conservar este abono en el refrigerador.
Curioso, ¿verdad?
Como ves, es posible usar toda clase de ingredientes caseros para abonar tus plantas.
Un buen ejemplo son los restos de café:
De hecho, esto mismo ocurre en la elaboración de muchas otras sustancias de interés agrícola.
Por ejemplo, puedes echar un ojo a mi guía para fabricar apichi casero, que es un insecticida natural muy potente y se hace a partir de ajo, chile y algunos ingredientes más.
También puedes hacer enraizante casero, y este va que ni pintado para reproducir plantas con esquejes, como por ejemplo a la hora de hacer esquejes de lavanda.
Conclusiones y más recursos útiles sobre abonado
En conclusión, ya ves que este mundillo es muy amplio y muy interesante.
A continuación te dejo algunos enlaces a algunos de mis artículos favoritos del blog, todos ellos en relación a la temática de con qué abonar o cómo aprovechar ciertas sustancias para mejorar la calidad del suelo:
- ¿Qué es el biochar y cómo hacerlo casero?
- ¿Para qué sirve la consuelda rusa como abono?
- Propiedades del estiércol de cabra
EXTRA: No cometas estos errores
Como agradecimiento por llegar hasta el final de este artículo, te dejo un enlace con el que descargar gratis mi ebook: 10 errores a evitar en tu huerto o jardín.
¡Te aseguro que te será muy útil!
Tan útil o más incluso que este artículo sobre compost y abono. 😉
Un abrazo enorme y hasta la próxima,
-Mario Angulo
Hola, me llamo Mario y soy un entusiasta de la jardinería y horticultura. También me encantan los animales y el aire libre. Como creador de Gracias Naturaleza, te ayudo a tomarte un descanso del mundo moderno, para vivir una vida más natural y en definitiva más feliz.