A ver si adivino:
Quieres saber qué necesitan las plantas.
Y en concreto, quieres una LISTA lo más completa posible.
¿He acertado? 🙂
Pues bien, ¡este es tu sitio!
Sigue leyendo y aprende cuáles son las necesidades genéricas de todas las plantas. Esta guía de Gracias Naturaleza también es ideal para que tus niños aprendan de jardinería.
1. Luz para hacer la fotosíntesis
La luz es el primer, y quizá el más importante elemento para que las plantas puedan vivir.
En concreto, la luz solar es de una importancia vital para estas. De hecho, la luz es la fuente de energía que las plantas emplean para realizar la fotosíntesis.
En la fotosíntesis, la luz solar y el dióxido de carbono se convierten en energía y oxígeno.
La energía se genera en forma de hidratos de carbono (azúcares), que la planta necesita para desarrollarse… mientras que por otro lado, el oxígeno es lo que nosotros los seres humanos necesitamos para respirar.
Sea como sea, la cuestión es la siguiente:
Algunas plantas necesitan estar a PLENO SOL durante al menos 8 horas al día, mientras que a otras con 4 o 6 horas les basta.
Si no aportas la luz suficiente a tus plantas, estas no podrán crecer y corren el riesgo de marchitarse.
Por último, está el caso de las plantas de semisombra o incluso de las plantas de sombra. Estas últimos desarrollarán quemaduras en sus hojas si las colocas al pleno sol, con lo que tienes que tener cuidado.
2. Aire y dióxido de carbono
Si te estás preguntando cómo se alimentan las plantas, o qué necesitan estas para fabricar su alimento, la respuesta es bastante sencilla:
Las plantas se alimentan de dióxido de carbono y luz solar, los cuales son transformados a hidratos de carbono a través de la fotosíntesis. Sin embargo, las plantas también necesitan otros elementos, que serán absorbidos a través de sus raíces.
Así que ya sabes.
Pero ojito, ¡qué hay más!
En concreto, me refiero al AGUA, que es otro elemento super importante para que las plantas puedan vivir.
3. Agua en la cantidad precisa
El agua es un elemento imprescindible para el desarrollo vegetal.
Pero al igual que ocurre en el caso de la luz, más no siempre es mejor.
Esto se debe a que existen plantas que necesitan un riego muy intenso (como por ejemplo los árboles frutales tropicales), mientras que otras plantas necesitan un riego moderado (como ocurre al regar tomates) y por último las hay que requieren un riego escaso (algunas aromáticas como la lavanda).
¡Mucho cuidado!
Cuando digo riego escaso, de verdad es ESCASO.
De hecho, según las precipitaciones de tu zona, es posible que tengas plantas en tu huerto o jardín pero que no necesites regarlas para nada.
A mí ya me ocurrió hace bastante. Tenía un buen macetón de lavanda, pero poco me duró porque fui demasiado sobre-protector y la regaba casi todos los días. ¡Mala idea!
4. Nutrientes primarios y secundarios
A ver.
Esto es obvio, pero merece la pena repetirlo:
Las plantas son seres vivos.
Y como seres vivos que son, las plantas también necesitan nutrientes para vivir. Con «nutrientes», no me refiero al agua o al sol, sino a minerales en sus formas orgánicas e inorgánicas.
A continuación de dejo una lista de los principales nutrientes que las plantas necesitan para desarrollarse:
- Nitrógeno: Es el principal macronutriente que las plantas necesitan, encargado de producir la masa vegetal. También es indispensable para desarrollar las hojas y las raíces de las plantas. Las plantas con deficiencia de nitrógeno mostrarán clorosis (hojas amarillas) en sus hojas más viejas.
- Fósforo: El fósforo se necesita en la síntesis de proteínas de las plantas, siendo otro de los macronutrientes vegetales. Su deficiencia puede mostrarse como hojas de tonalidades moradas o verde oscuro.
- Potasio: El potasio juega también un papel vital en la fotosíntesis, así como en la activación de enzimas y respiración celular. Ayuda en la protección de enfermedades. Como dato útil, te recuerdo que puedes hacer potasio casero para tus plantas con plátanos o patatas.
- Magnesio: El magnesio es el átomo central en la molécula de clorofila y cumple numerosas funciones en el metabolismo de la planta. Al igual que ocurre en el caso del nitrógeno, la deficiencia de magnesio puede presentarse como clorosis en las hojas de las plantas.
- Calcio: El calcio es uno de los principales nutrientes que las plantas necesitan para mantener la estructura de sus células. Sin el suficiente calcio en el agua de riego o suelo, tus plantas podrían presentar pudriciones apicales, como suelen verse en los tomates o en los pimientos. Puedes hacer calcio casero con cáscaras de huevo.
- Hierro: El hierro es importantísimo ya que se necesita en la producción de cloroplastos. Las plantas con deficiencia de hierro presentarán la típica clorosis férrica, la cual, al contrario que en el caso del nitrógeno, es más frecuente en las hojas jóvenes que en las hojas viejas. Al igual que en el caso del potasio, también es posible hacer hierro casero.
- Azufre: El azufre es un nutriente que potencia el crecimiento de la planta. De nuevo, su deficiencia mermará el crecimiento de la planta, disminuirá su resistencia a enfermedades y además generará clorosis en las hojas de las plantas. El sulfato de hierro o el sulfato de amonio son fertilizantes químicos que se pueden usar para aportar azufre a los suelos y además conseguir acidificarlos.
- Boro: El boro es un nutriente más bien sutil, pero las plantas lo requieren en su etapa de desarrollo reproductivo.
- Manganeso: Las deficiencias de manganeso pueden ser confundidas con las de hierro, porque este nutriente vegetal también participa en la fotosíntesis. Además, es importante en la asimilación de nitrógeno.
- Zinc: El zinc es un nutriente indispensable en la síntesis de proteínas, y si tus plantas no tienen suficiente zinc, sufrirán un notable descenso en su productividad.
¿Qué tal? ¿Ya lo vas pillando?
Personalmente, a mí el mundo de la nutrición y los nutrientes de las plantas me parece muy interesante. Tanto es así que tengo toda una categoría de artículos dedicada a analizarlo en detalle.
Pero continuemos, porque ahora toca hablar de la temperatura.
5. Temperatura ideal para las plantas
La temperatura es un factor externo importante en el cultivo y cuidado de todo tipo de plantas.
Algunas plantas les va bien el calor.
Entre ellas destacan las suculentas y los cactus, que en mi opinión son preciosos y están infravalorados en el mundo de la jardinería, siendo geniales a la hora de hacer un xerojardín.
A otras les va bien frío.
Y por último, las hay que prefieren climas templados.
Por ejemplo, los manzanos son el típico frutal de clima templado, aunque no son los únicos. Ni de cerca.
Hasta aquí todo bien. ¿Pero sabías que también hay plantas que necesitan variaciones de temperaturas a lo largo del año para poder desarrollarse correctamente?
Por ejemplo, los frutales de hueso (árboles como el melocotonero, el albaricoquero y el cerezo) necesitan «acumular horas de frío» durante el invierno para luego producir una floración y fructificación abundante.
Por el contrario, existen muchas plantas a las que las heladas les van fatal, y lo que precisamente desean son temperaturas estables durante todo el año, como por ejemplos las calas (incluidas las calas amarillas).
También es el caso de las plantas de interior.
De hecho, muchas de las plantas que hoy en día conocemos en el hemisferio norte como «plantas de interior», son realmente plantas originarias de climas tropicales. En esas regiones, la temperatura no fluctúa tanto durante todo el año, y este tipo de plantas se han adaptado precisamente a eso.
6. Suelo, pH y microorganismos
Por fin, llegamos al suelo.
En mi opinión, es una pena que el suelo quede en sexto lugar, porque realmente es un elemento crucial en jardinería.
Al fin y al cabo, las plantas no crecen en el aire…
¿O sí lo hacen?
Pues mira, resulta que sí existen plantas de aire, las cuales no necesitan de suelo alguno para crecer. Un ejemplo muy popular por su gran belleza es la tillandsia. A mí me encanta.
Pero vamos, la verdad es que la grandísima mayoría de plantas necesitan suelo para crecer.
En este caso, el suelo ha de tener una textura y estructura correctas, para que las raíces puedan penetrar en su profundidad y adquirir nutrientes y agua.
- Los suelos arenosos son un tanto problemáticos porque tienen un drenaje excesivamente poderoso. Esto quiere decir que el agua que cae a estos rápidamente se filtra a sus capas profundas, con lo que tampoco retienen nutrientes muy bien.
- Por otro lado, los suelos arcillosos son exactamente lo contrario, dado que tienen un mal drenaje. Estos suelos tienden a la compactación y a las inundaciones.
Por supuesto, en el punto medio está la virtud.
De hecho, con un sustrato universal (que se vende en cualquier tienda de jardinería) suele bastar para cultivar la mayor parte de plantas sin problemas.
Y con respecto al pH (una medida química que mide la acidez o alcalinidad del suelo), pues lo mismo te digo. Un pH de 7 (que está en medio de la escala que va de 0 a 14) se considera neutro y es perfecto para cultivar la mayoría de plantas.
Existen, no obstante, algunas plantas que necesitan suelos ácidos con pH de entre 5,5 y 6,5 para vivir. Es el caso de las plantas acidófilas, como la hortensia, los helechos, el brezo o las camelias (que son uno de los arbustos de jardín más bonitos gracias a sus elegantes flores rosas, en mi opinión).
Por otro lado, algunos frutales se benefician de un suelo ligeramente ácido, como por ejemplo con un pH de 6,8. Pero vamos, que con un pH de 7 también crecerán perfectamente.
Y hablando de árboles, resulta que el último elemento de este listado es especialmente relevante para estos…
7. Espacio para sus raíces y ramas
Por último, está el espacio.
Todos sabemos lo caros que son los metros cuadrados, y es que el espacio vale su peso en oro.
Verás, el sistema radicular de las plantas necesita poder crecer hacia abajo (en profundidad) y hacia los lados (a lo ancho) para que la planta viva y crezca debidamente. Esta es la razón por la que recomiendo utilizar macetas lo suficientemente grandes para tus plantas de maceta, porque si no lo haces, podrían sufrir espiralización radicular.
Pero no todas las plantas tienen las raíces igual de grandes.
Incluso existen árboles con poca raíz, que son GENIALES para jardines pequeños.
Esto es importante. ¡Pero las ramas también ocupan su espacio! Si colocas tus árboles muy cerca los unos de los otros, la aireación será deficiente, lo que fomenta que se acumule humedad… humedad que lleva al desarrollo de enfermedades por hongos.
Es por eso que dejar la suficiente distancia entre tus árboles frutales es algo que no se te puede pasar por alto. 😉
Como regla general, esta distancia o espaciado oscila entre los 3 y 9 metros, pero hay algunas excepciones.
Extra: ¿Qué producen las plantas?
Las plantas no solo producen oxígeno. Existen plantas que, gracias a sus relaciones simbióticas con bacterias que habitan en sus raíces, pueden fijar el nitrógeno atmosférico al suelo.
En concreto, estas plantas suelen pertenecer a la familia de las leguminosas.
Son geniales para el medioambiente, porque a largo plazo consiguen mejorar la calidad del terreno, en vez de degradarlo.
Incluso se incorporan en calendarios de rotación de cultivo, alternando cada año con otras plantas, como por ejemplo con cereales. Una de las principales leguminosas, cuyo cultivo además puede resultar de lo más rentable, es la alfalfa.
Mira esto, tus plantas te lo agradecerán:
Hey, soy Mario, autor de Gracias Naturaleza.
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Un abrazo enorme y hasta la próxima,
-Mario Angulo
Hola, me llamo Mario y soy un entusiasta de la jardinería y horticultura. También me encantan los animales y el aire libre. Como creador de Gracias Naturaleza, te ayudo a tomarte un descanso del mundo moderno, para vivir una vida más natural y en definitiva más feliz.